Si bien la universidad puede ser una época desafiante para cualquier estudiante, los estudiantes que llegan a los EE. UU. desde otros países y culturas a menudo enfrentan desafíos específicos que los estudiantes nacidos en los EE. UU. no enfrentan. Estos desafíos pueden incluir adaptarse a un nuevo entorno académico y social, choque cultural o barreras idiomáticas, encontrar compañeros de la propia religión, lengua o cultura, nostalgia o encuentros con prejuicios. Los estudiantes internacionales también pueden experimentar presión por parte de miembros de la familia para tener éxito, así como estrés por cuestiones relacionadas con la gestión del papeleo y los requisitos necesarios para estudiar en los EE. UU. Además, los estudiantes internacionales experimentan la pérdida de su acceso inmediato a su sistema de apoyo principal, ya que se han alejado físicamente de él.
Todos estos factores se combinan para hacer que los estudiantes internacionales sean particularmente vulnerables a problemas de salud mental como depresión o ansiedad. Los estudiantes que padecen estos trastornos a menudo experimentan efectos adversos en su vida académica y social, lo que los hace más propensos a abandonar la escuela o obtener calificaciones más bajas. Esto significa que es particularmente importante que cuides tu salud mental mientras estudias en los EE. UU.