La agresión sexual es un término general que se refiere a la actividad sexual que no deseas o que estás obligado a hacer. A menudo, las personas piensan que solo el coito forzado, o la violación, es realmente una agresión sexual, pero cualquier actividad sexual realizada sin permiso constituye una agresión sexual. Esto puede incluir besos, exhibicionismo (mostrarle a alguien sus genitales sin permiso), manoseo y violación. Las víctimas de agresión sexual pueden ser convencidas de realizar actos sexuales a través de amenazas verbales o físicas o al tomar o recibir alcohol o drogas.
El consentimiento es un acuerdo entre los participantes para participar en actividades sexuales. Sin consentimiento, toda actividad sexual se considera agresión. Hay muchas formas de dar tu consentimiento, no todas ellas son verbales, aunque estar de acuerdo verbalmente con las diferentes actividades sexuales puede ayudarte a ti y a tu(s) pareja(s) a establecer y respetar los límites de cada uno.
En última instancia, el consentimiento se trata de la comunicación y debe suceder cada vez y en cada paso del camino. Dar consentimiento para una actividad no se traduce en dar consentimiento para todas las actividades, y dar consentimiento una vez no significa dar consentimiento para futuras actividades sexuales. Si has tenido relaciones sexuales con alguien en el pasado, no les das permiso para tener relaciones sexuales contigo en el futuro.
Es importante recordar que cuando se trata de consentimiento, puedes cambiar de opinión en cualquier momento. Si te sientes incómodo, dile a tu(s) pareja(s) que ya no te sientes cómodo y quieres detenerte. Si no se detienen, ya no tienen tu consentimiento y cualquier contacto sexual adicional se considera agresión.